Las hermanas Mirabal: Minerva, María Teresa y Patria, asesinadas el 25 de noviembre de 1960.
Patria, Dedé, Minerva y María Teresa Mirabal eran cuatro hermanas que nacieron en Ojo de Agua (República Dominicana). Todas ellas eran activistas políticas, símbolos de la resistencia a la dictadura de Rafael Trujillo. En una de las ocasiones en las que Minerva, María Teresa y Patria volvían de visitar a sus maridos encarcelados, se toparon con unos agentes del Servicio Militar de Inteligencia en un lugar solitario. Fueron golpeadas repetidas veces y estranguladas hasta la muerte. Para tratar de encubrir el crimen y simular un accidente, los agentes metieron sus cuerpos ensangrentados en el vehículo en el que viajaban y las arrojaron por un precipicio.
♦
Hace unos días nuestro país lloraba a la miss Honduras asesinada junto a su hermana, esto es tremendamente terrible y ha conmovido a much@s, sin embargo este caso de connotación pública podría ayudarnos a salir de nuestro adormecimiento y obligarnos a mirar la realidad hondureña que nos supera por su violencia, pero una gran porción de violencia en Honduras se ejerce hacia las mujeres, la fallecida miss Honduras pasa a engrosar un vergonzoso numero de femicidios que asciende a mas de 300 en lo que va de este año, evidenciando la situación de violencia generalizada hacia la mujer y la poca o casi nula respuesta de el Estado en cuanto a prevenir la violencia, investigar los crímenes y hacer justicia. Mas de 300 mujeres han muerto por causa del machismo en Honduras, y en este mismo momento hay mujeres en todo nuestro país que están siendo violentadas fisica, sexual y/o psicologicamente.
♦
*Debemos exigir responsabilidades de forma individual y colectiva, al agresor, a quienes rechazan educar en igualdad, a las instituciones que no dotan de los recursos necesarios, a todas las personas que con sus palabras perpetúan comportamientos machistas, a la gente que no incluye sino excluye, a quienes restan y no suman, a las políticas miopes, a esa parte de la iglesia que aún no denuncia con suficiente firmeza y rotundidad todas y cada una de las agresiones que sufren las mujeres. Desde aquí pido a la iglesia que se convierta en la voz de las maltratadas, de las víctimas, que tome las riendas de este fenómeno que atenta contra los más básicos derechos humanos, que incorpore un registro en sus web institucionales, que desde los púlpitos condene con energía cada caso de violencia, que establezca líneas de apoyo, que dote de ayudas específicas, que visibilice todas las prácticas y situaciones que trasgredan su dignidad.
25 de noviembre, hay que prevenir y proteger, la sociedad ha contraído una deuda con las mujeres. Y este es el mensaje revolucionario del evangelio, la piedra angular, iguales: «Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús » Gálatas 3:28.*
*texto extraído de eclesalia Informativo