¿Cómo Llegaste a conocer los Encuentros Matrimoniales?
Fue providencial. Vivía en san Lorenzo y habían 2 religiosas que trajeron a Honduras el movimiento. Yo miraba siempre a la hermana María con otro señor en las calles. Visitaba las casas e invitaba a la gente. En ese entonces, ella convenció a unos 15 matrimonios para juntarse el fin de semana y luego quienes habían participado de la experiencia vinieron a pedirme que los acompañara. Al mismo tiempo, desde hace años yo alimentaba en lo más íntimo de mi corazón este anhelo que había surgido en el Seminario, porque los misioneros venían y nos hablaban de esto, de lo importante que es la familia. Así yo percibía un movimiento que aseguraba el seguimiento de manera estructurada más que solo provocar un entusiasmo. Me motivó ver el compromiso de los laicos que en ese tiempo venían de Tegucigalpa hasta san Lorenzo. Yo veía esto como admirable y tal vez imitable.
¿En qué consisten los encuentros matrimoniales?
Es un movimiento a nivel mundial, organizado por zonas, en su estructura externa, por otro lado existen algunas etapas donde se comienza a pertenecer al Encuentro Matrimonial a través de un fin de semana de iniciación, un encuentro intensivo desde viernes hasta domingo. Quienes hablan adelante son una pareja y el sacerdote, así como también hay 2 o 3 matrimonios que vienen a dar su testimonio, un testimonio que ha sido preparado. Lo que es bien específico es que todo esto se hace en la presencia de un sacerdote, es el único movimiento donde se necesita de la presencia de un sacerdote como condición sine qua non, es decir sin la cual el movimiento no funciona.
Es por eso que en dicho movimiento hablamos de una relación especial entre matrimonio y sacerdote. Es la relación intersacramental porque es el mismo Cristo Jesús que está actuando, pero no de manera paralela sino mas bien enfocando al mismo pueblo de Dios y ayudándonos uno al otro de tal forma que es para el beneficio espiritual y humano de todos lo que se involucran.
Luego de la iniciación está lo que se llama el proceso puente. Consiste en dar unas 4 o 5 charlas a los que se reúnen para profundizar lo que ellos han estudiado y esto les permite conocerse unos a otros. Y luego se va decidiendo quienes desempeñan alguna responsabilidad de coordinación entre ellos para dar continuidad a través de la dinámica del Encuentro matrimonial.
Yo trabajo en Choluteca y allí nos reunimos cada semana, y algo que es especial de Choluteca es que todos los meses hay una carta especial, esto es que los matrimonios escogen de una canasta el nombre de otro matrimonio y durante el siguiente mes hacen oración por ellos y al terminar el mes hay un momento en que se dice ¡hay correo! y se entregan las cartas, es hermoso, se crea un vínculo en la gratuidad de orar por el otro.
El número de personas a veces disminuye, porque el encuentro matrimonial no pega en todos y hay otros que vienen el fin de semana pero su relación estaba bastante débil y afectada y les llega un momento en que ya se apartan.
¿Cuáles son los frutos de las parejas que participan en los encuentros matrimoniales?
Muchos son llamados y pocos perseveran. Como respuesta a los problemas del mundo de hoy se necesita disciplina, espíritu de sacrificio para seguir participando y a veces uno puede decir yo no necesito tal cosa, pero puede ser que los demás necesiten de ti y tu presencia.Hay una buena organización entre los que participan, son gente acogedora y muy preparada y se ven felices de estar juntos como esposos trabajando.
Hay una frase que siempre decimos y es “Cuida a tu pareja, es la prioridad de tu familia” ya que la familia como tal tiene lazos fuertes, jamás decimos este es mi ex padre o mi ex hermano, pero si puede ocurrir que alguien sea mi ex exposa (o). Por eso debe cuidarse, porque es algo que es más frágil. Y siempre se da importancia a querer mejorar, uno no puede cambiar el modo de ser, el estilo de personalidad, pero sí mejorar para lograr una mayor comunión. Hay que favorecer lo positivo, los valores del matrimonio.
¿En qué te ayuda trabajar en este movimiento?
Yo creo que soy uno de los sacerdotes más felices de Honduras, porque lo que estoy viviendo va mas allá de lo que yo esperaba. Yo puedo contemplar muchas cosas y aquí quisiera hacer un paréntesis. Me da una gran lección, de que cuando se trata de tomar decisiones fundamentales, opciones, hacer sacrificios e ir en la buena dirección, nuestra Sociedad Misionera en Honduras ha tomado la buena opción de preparar el clero y no así no mas, se han comprometido en el seminario menor de Tegucigalpa y el seminario mayor durante todo el tiempo que pudieron con un personal preparado y hoy día en el sur tenemos una buena cantidad de sacerdotes, porque desde el principio se ha invertido tiempo, personal, dinero y por supuesto oraciones. Hoy tenemos hasta un obispo que viene del sur, para mi es una gran consolación y esto me ayuda también a invertir a mi vez, tiempo en lo que un día va a producir frutos…”aunque parezcan tus pasos inútil caminar, tu vas a haciendo camino otros lo seguirán…”, por eso yo estoy con esta opción del Encuentro Matrimonial y también con las CEBs y otras cosas por el estilo porque sé que mañana se cosecharán los frutos.
Pocos sacerdotes toman la opción de acompañar a los matrimonios, y es que es un papel exigente el del sacerdote en los encuentros matrimoniales. Yo no soy asesor. Un asesor no se moja, tiene conocimientos, da un par de consejos y se va. En cambio en el Encuentro Matrimonial el sacerdote está bien unido a través del sacramento de la relación, y yo participo en un equipo a nivel diocesano y nacional, pero para muchos sacerdotes no hay tiempo y desde hace unos 10 años estoy al frente de los encuentros a nivel nacional.
Yo soy la persona menos indicada, tengo dificultades para hablar, para escribir, lo único que el señor me ha dado es convicción.
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Bernardo Boucher pmé, misionero en la Diócesis de Choluteca en Honduras desde 1963.
Entrevistado por Yanira A.
Seguramente no es el mejor manejando el español, pero mas que sus palabras es su testimonio que llega a cada una de las parejas que viven la experiencia del EM. El padre Bernardo hace una labor que muchos sacerdotes rehuyen, al bajarse del podio y compartir su testimonio de fe con los matrimonios. Gracias en nombre de todos aquellos que por años han tenido la gracia de escuchar sus charlas y ver en su ejemplo de vida a Jesucristo.
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Gracias Iglesia Grande, como apartarme de ella, gracias EMM, gracias P. Bernardo por el fuego de amor y ternura por su entrega incondicional a la misión de llevar almas a Jesucristo. Bendiciones a todos los encontrados del mundo entero.
Ivan y María, Luis Enrique, Ivan Vicente y Ángel Enrique.
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excelente Padre Bernardo buena labor se le quiere mucho
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