Monseñor Turcios estuvo durante siete años como el jefe y modelo espiritual para los nuevos misioneros. Esos pioneros compartían con buena voluntad y celo los sacrificios de ese pastor intrépido, muy cercano a los pobres, especialmente de la zona Sur del país.
Cuando llegamos a Choluteca, encontramos una situación que constituía un desafío para nosotros: parroquias grandes y muy populosas, cada una con numerosas aldeas distantes y sin vías modernas de comunicación. Mons. José de la Cruz Turcios y Barahona nos había encomendado preocuparnos por la formación del clero autóctono. Esto era un gran desafío.
El departamento de Choluteca contaba con cuatro parroquias: La Inmaculada Concepción de Choluteca (de ésta se desprenderán las parroquias San José Obrero y San Pablo), San Marcos de Colón, Orocuina, y El Corpus (de la cual nacerá El Triunfo).
El departamento de Valle tenía también cuatro parroquias: Goascorán (de ella sería desmembrada Langue), Nacaome, Pespire, y San Lorenzo (de ésta se desprenderá Amapala).
Para atender todo este territorio se contaba sólo con cuatro sacerdotes que residían respectivamente en Choluteca, San Marcos de Colón, Nacaome y Goascorán. Les tocaba «pegar carreras» en los pocos caminos que existían, para atender todos los municipios y aldeas. Aprovechaban especialmente las fiestas patronales para realizar bautismos, confesiones, comuniones, matrimonios, bendiciones, etc. No había religiosas ni agentes de pastoral. La fe sencilla del pueblo se conservaba por medio de las madres de familia y de las rezadoras. Los varones también tenían fe, pero no era bien visto manifestarla.
Poco a poco los Padres misioneros Javerianos fueron promoviendo la educación en la fe e involucraron a los laicos en la tarea evangelizadora y de promoción social. Pero la evolución fue lenta, ya que la gente estaba acostumbrada a recibir los sacramentos sólo en ocasión de las fiestas, y la mayoría se conformaba con eso.
Tomado de la revista
50 años al Servicio de la Iglesia de Honduras
gracias por toda la semilla esparcida de este gran proyecto de Dios. hoy son muchos los frutos que se observan. gracias por venir a dar vida a nuestro pueblo hondureño que Dios bendiga grandemente sus vidas y muchas felicidades por este enorme trabajo que han hecho.
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