Mario De Celles tiene hoy 86 años. Él llegó a Goascorán en 1958. La historia de esa llegada era de película, para llorar… o matarse de la risa. Encontró el caos, pero, de a poco, lo levantó todo. Restauró las iglesias antiguas de los municipios y juntó a los chicos de la parroquia en una “multinacional” de monaguillos. Repartió becas a esos niños del porvenir y fundó un Colegio para que cursaran la secundaria.
Años después Mario volvió a encontrarse con algunos de sus becados en la Universidad de la ciudad de Tegucigalpa adonde él mismo se había trasladado. Primero atendió la iglesia de La Merced, que restauró, y luego la de San Cayetano, en donde cambió el campo frente a la iglesia en un magnífico parque y transformó un terreno de al lado en una súper cancha de fútbol.
Terminó finalmente al frente de la Catedral metropolitana, donde permaneció más de diez años. También la restauró, que mucha falta le hacía, y restauró asimismo la iglesia de San Francisco que estaba cerrada y ahora está abierta. Fundó en las faldas del valle de Támara un centro de animación espiritual para jóvenes, chicos y chicas, que todavía funciona a full.
No se conformó con levantar iglesias. Ese hombre profundamente “espiritual” y muy enamorado de su sacerdocio, creó ambientes, sencillos pero hermosos, para proclamar el Evangelio de Jesús y animar grandes comunidades a vivirlo en serio. Manejó mucha plata que venía naturalmente de los organismos de ayuda de la Iglesia alemana, o de la canadiense, pero que venía también, por una parte importante, de los mismos hondureños. A éstos les gustaba contribuir a las obras del Padre Mario porque su administración era transparente y porque se veía claramente adónde iba a parar la plata.
En la gran comunidad de los hijos de Dios, llamada “Iglesia”, no se debe hacer comparaciones entre pueblos, culturas y personas. Ninguno es más grande, mejor o más santo que el otro. Unos sí han recibido más y otros menos, y los que han recibido más deben compartir con los que han recibido menos. Es así como la plata de la SME, no pertenece a la SME, sino a los mismos pueblos a los que ella es enviada para anunciar el Evangelio. Son gente solidaria los que, para esa finalidad, han contribuido con su dinero a la SME. Por su parte, la SME tiene el deber de administrar esas donaciones teniendo siempre en cuenta de dónde provienen y a quiénes están destinadas.
El recuerdo más grato que, en su corazón Mario guarda de Honduras, es el respeto y el cariño que siempre supo brindarle a él el buen pueblo del país. Los hondureños que él conoció de cerca no tardaron en adoptarle como uno de los suyos y, naturalmente, también él a ellos. “Nos hicimos familia”, dice Mario.
Piensa que son muchas las cosas buenas que la SME realizó en sus 60 años de presencia en Honduras, pero lo mejor, en su opinión, fue la promoción de pequeñas comunidades cristianas por los Departamentos de Choluteca y Del Valle. Esas pequeñas comunidades se han multiplicado en forma extraordinaria y su influencia ha desbordado ampliamente el Sur de Honduras. Han resistido al desgaste del tiempo y alcanzado una gran madurez. Es maravilloso verlas avanzar ahora desde lo propio sin tener más necesidad de tutores de afuera.
Pero suspira y confía que, a pesar de esos logros formidables, Honduras está lejos de haber acabado con sus demonios. Los CNV: Corrupción, Narco, Violencia, siguen haciendo estragos increíbles por todo el país. Piensa que esa diablura se debe a que muchos hondureños tienen enemigos y que les gusta demasiado aprovecharse y vengarse. La venganza, en particular, sigue siendo un deber sagrado y es el flagelo nacional número uno. Solo el perdón puede terminar con esa plaga, afirma Mario. ¿Imposible? Cree que no.
Por cierto, Honduras no es el único país en el mundo que se las tiene que ver con los “demonios” CNV. La mayoría de esos CNV han salido del vientre del sistema económico internacional que no tiene corazón y se burla del mundo entero. Su poder de acaparamiento no tiene límites. Él es el que ha generado la monstruosa concentración de 50% de las riquezas del planeta en manos de apenas 1% de los humanos. Si hay un infierno, ahí está. De él salen fundamentalmente todos los CNV de todas las Honduras del planeta.
En 1969, mientras Mario actuaba de párroco en Goascorán, pueblo en la frontera de Honduras con El Salvador, estalló la guerra entre ambos países. De golpe Mario se encontró acorralado por las balas. Mucha sangre corrió a su alrededor. Pero hasta hoy, se siente realmente feliz de haber puesto su vida en juego al lado de sus hermanos hondureños. A través de esa experiencia, a la vez de espanto y también de confianza total en Jesús, se han forjado entre él y ellos unos lazos que ni las largas distancias ni el paso de los años podrán romper jamás.
Eloy Roy, Febrero, 2015
Sin duda mis ojos desde niño vieron por primera vez un P. Javeriano, sin entender mucho en la misa con ese fuerte acento que lo caracterizaba las palabras que para mi decían «Ni pasos dejo, Ni pasos doy» jejejeje, y decía el padre esta´cansado, y fui creciendo en el barrio acompañado por la persona querida por mi familia el P. Mario, regañón aveces y otras demasiado cariñoso decía que nos iba a comer con cebolla. Dios le Bendiga la verdad le extrañamos mucho en San Cayetano!
Me gustaMe gusta
Fue mi amigo y padre Espiritual en la Pastoral Juventud de la Arquidiócesis de Tegucigalpa ,para mí como para muchas personas es inolvidable La Semana de la Juventud ,donde en un retiro de una semana completa nos daba una gran formación de temas eclesiales y de formación Humana .Siempre que lo encontraba nos fundiamos en un gran abrazo de padre a hijo .Su huella es inmortal
Me gustaMe gusta
Tantas vivencias de las reuniones de los sábados para varones el grupo Santo Domingo Sabio y pasar al grupo juvenil LIBERACIÓN y las reuniones mensuales de la pastoral juvenil donde nos reuníamos todos los grupos que existían en las parroquia de Tegucigalpa y Comayagüela para compartir y conocer tantas amistades y tener la dicha de ser guiados por el padre Mario solo me queda decir hasta luego y gracias por todo lo que nos inculcó
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias René por compartir tu testimonio con nosotros 🙏
Me gustaMe gusta
Conoci al Padre Mario a la edad de 5 años en el Barrio La Cabaña siempre admire como apoyaba mucho a los jovenes y personas del barrio, el apoyaba mucho a mi hermano y siempre desee estar alli a su lado, veia como animaba y organizaba fogatas a la par de la iglesia en un solar baldio. Recuerdo cuando organizaba cada 1 de mayo viajes a la playa y siempre deseaba ir con ellos pero estaba muy pequeño para que me llevaran.
Con el paso de los años me integre al Grupo fundado por el, Santo Domingo Sabio y de alli aprendi muchos consejos de su parte, aprendi muchos valores y principios que hasta el dia de hoy rigen mi vida. Acompañe muchos años a mi Papa Mario como el me decia, creci sin mi papa pero para mi el Padre Mario lo sustituyo. Me ayudo en mis estudios de secundaria y me apoyo en toda mi educacion universitaria hasta que me gradue de Ing. Civil. Junto a el hicimos muchas obras de ingenieria ya que el era de todo Ingeniero, arquitecto y le gustaba siempre realizar inventos, me enseño como ser un buen administrador, trabajador, responsable, puntual y sobre todo tener a Jesus como centro de nuestra vida, es por ello y muchas cosas que me faltarian palabras para poder escribir sobre el Padre Mario, pero el dia de hoy hemos recibido una noticia muy triste, pero estoy seguro que Dios lo tiene en su santa gloria.
Lo extrañare por siempre a mi querido y amado PAPA Mario.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Gracias por compartir tu testimonio con nosotros!
Me gustaMe gusta