Choluteca es muy conocido por su clima cálido y seco. Pero el 31 de Mayo pasado, mientras el gimnasio del Instituto Santa Maria Goretti se iba llenando de gente de toda la Diócesis de Choluteca, visitas de diferentes partes del país y extranjeros, el clima se puso más agradable de lo que se esperaba.
¡Choluteca es donde comenzó todo! con la llegada de los misioneros pioneros de la Sociedad de las Misiones Extranjeras (SME) en 27 de Junio del 1955. Después de 60 años de presencia misionera, tres obispos, varios presbíteros del clero hondureño, diferentes congregaciones religiosas, grupos y movimientos y catorce parroquias de dicha diócesis se reunieron de nuevo junto a los Padres Javerianos y laicos asociados en un homenaje a tod@s los miembros de la SME en acción de gracias por estos años de entrega misionera.
No se pudo contener la emoción de la gente cuando se presentaron uno por uno a los padres javerianos que aún continúan la labor misionera en este país. El ambiente se ponía muy festivo con los cantos del coro, dirigido por P. Heber Noé Espinal, que animaban los invitados.
Una serie de testimonios personales fue dada como reseña de cómo era la misión en esa época, las obras que se hacían para el crecimiento de la Iglesia de Choluteca y sobretodo de cómo eran estos primeros misioneros y su relación con la gente local. Se recordó con mucho cariño la presencia de cada misionero sacerdote que ni el tiempo ni los nuevos acontecimientos pueden borrar de la memoria del pueblo sureño.
También, algunos de los Padres Javerianos tales como: Padre Juan Pablo Guillet, Padre Andrés Dumas y Mons. Raúl Corriveau compartían sus bellos recuerdos de la misión con mucha alegría. Además, el nuevo superior regional de la SME de la región de América latina, quien es originario de Choluteca y en sí es un fruto de la misión, honró la celebración con su presencia. Él nos dejó este mensaje:
Doy gracias a Dios por el amor y entrega incondicional de nuestros hermanos Padres Javerianos de Quebec, Canadá. Celebrar un aniversario de existencia y vida misionera es celebrar la presencia de Dios en medio de nosotros, esa fue y seguirá siendo la experiencia de nuestra iglesia de Honduras especialmente en Choluteca. Hago mías las palabras del apóstol Juan, Jn.21:24 “Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas”. Nosotros somos los continuadores de esa herencia de fe, como misioneras y misioneros; sacerdotes, laicos y laicas comprometid@s. Nuestras vidas son un signo de esperanza para much@s que la buscan en este mundo en que vivimos. “no nos dejemos robar nuestra esperanza”.Teodoro Baquedano, pmé
Después de las reseñas y testimonios, la festividad se hizo solemne a través de la Santa Eucaristía dándole gracias a Dios por todos aquellos acontecimientos que El Dador de esta vocación misionera les permitía experimentar. Ésta fue presidida por Monseñor Héctor David García Osorio (Obispo de Yoro), Mons. Guido Charbonneau (Obispo de Choluteca) y Mons. Raúl Corriveau (Obispo Emérito de Choluteca), y fue concelebrada por el clero de dicha Diócesis y los Padres Javerianos.
Toda esta celebración estuvo llena de bellos encuentros interpersonales entre los misioneros y el pueblo misionado. Choluteca es un pueblo que ha madurado en la fe y se ha vuelto generoso dador de la vocación misionera después un buen tiempo, 60 años y seguimos contando…
Visite la galería de fotos de la celebración, Agradecemos a Joice Ruiz e Irma Yañez que nos colaboraron con sus fotos, las que se han añadido a las de la redacción.
Equipo de Redacción Blog Smé Honduras
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Les invitamos a leer además la Homilía realizada por Monseñor H. David García, Obispo de Yoro en el siguiente enlace Homilía 60 años Smé Choluteca
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Muchas gracias su lindo trabajo missionero, la mision tambien se hace através de los médios de comunicacion para que pueda llegar aquellos que estan lejo. Dios los bendiga y nuetra madre santisima los acompañe en su caminar misionero.
Pe. Teodoro Baquedaano pme
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Que maravilla!!!!
Comparto su alegría de celebrar sesenta años de presencia misionera (Javeriana) con el pueblo hondureño. Les agradecemos por todo el amor y entrega que le han dado a la Iglesia hondureña, especialmente al sur donde han realizado una inmensa labor con las familias y a quienes siguen sembrando el evangelio del Señor, a través de su presencia.
A Monseñor Raúl Corriveau, Padre Andrés, Padre Juan, Padre Roberto, Monseñor Guido Charbonneau, Monseñor David, a todos nuestro cariño especial. Hemos crecido como familia gracias a su presencia en nuestras vidas.
Que Dios les siga llenando de gracia para continuar con su misión.
Luis Felipe, Maira y Alejandra Pineda
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