¡El gusto de servir!

Esther

Todo comenzó por el gusto de leer. Entre los libros y revistas de mi casa, en La Lima, Cortés, la ciudad donde crecí, encontré una revista de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de 1998. Esa fue una edición especial en español. En 2004, mi hermana había participado en el congreso misionero que se realizó en Danlí. Cuando la revista llegó a mis manos fui muy curiosa en leer todos los testimonios de los padres y laicos. En ese momento, me tocó uno en especial, de un joven que quería ser misionero sacerdote, decía que cuando él fue a pedirle permiso a su mamá, ella le respondió: “Hijo tu eres de Dios a Dios te regreso”. Hoy este joven es Mons. Guy  Charbonneau, Obispo de Choluteca… Después había una lectura bíblica tomada del Evangelio de Mateo 10-34,11-1. “Quien no era capaz de dejar padre, madre, hermanos … no era digno de Él” .. Pero si tu lo sigues recibirás 100 veces más, y tu y tu familia serán bendecidas grandemente, lo único que sé es que no conseguí dormir en una semana después de ese encuentro misionero que tuve a través de ese testimonio, me tocó tanto que busqué el contacto con las personas responsables de esa época. Así fue como conocí la SME, o los padres Javerianos. Es gracioso pensar que en veinticinco años de mi vida nunca había ido a la capital. Lo tenía todo, familia, comodidad, trabajo y cuando quería hacer alguna peregrinación en el Santuario de nuestra señora de Suyapa, ella salía visitando las ciudades…. así es que mi primera salida fue justo para buscar mi camino. Me entrevistaron. Di una lista de todas las pastorales y apostolados donde yo estaba inserta y la cara de la mujer que me atendió, o mejor dicho la misionera,  fue como ”Dios Mío” tendrás que priorizar tu formación y dejar un tiempo para ti y conocerte mejor. Comencé mi formación misionera en el año 2005, ya en 2006 fui invitada a participar de un encuentro internacional (mes misionero), pues estaba decidida  a hacer mi tiempo de formación interna en el CFAM, sólo que me di cuenta que me estaba saltando etapas y que yo necesita verdaderamente salir de mí misma, para poder ir al encuentro de los demás, salir de mi comodidad, de mi norte para ir al sur, al este y oeste … Una nueva etapa comenzaba, me desafiaba … pero me estaba gustando el parar un poco para pensar, para ver mis reacciones… mis proyecciones fuera de las fronteras… sólo que en 2007, me dije ya es tiempo de cortar ese ombligo que te ata a tu familia, a tu trabajo, a tu comodidad, y así lo hice. Fue duro tomar una decisión de salir, incluso trabajé hasta el último día, hasta el último segundo de tiempo donde trabajaba, donde vivía, para ir a una nueva etapa… y fue en el 2008 que me interné para vivir una vida intercultural, misionera, teológica y espiritual. Fue un tiempo fuerte, tuve problemas con mi co-formadora, mi papá falleció, tuve que enfrentar situaciones conflictivas conmigo y con otros…. pero todo eso que yo llamaba problemas sólo fueron oportunidades  para crecer. Después de todo este discernimiento, que parece no acabarse, me di cuenta en el 2009 que no me sentía preparada para salir fuera de las fronteras, aunque mi primer deseo era ése. Gracias a Dios recibí una invitación del que era entonces nuestro Superior General Guy Charbonneau  y de mi formador André Dionne para hacer parte del equipo de animación misionera para el CEMAC. Trabajamos en América Central animando y formando personas para la misión ad gentes, el tiempo pasó y de repente ya en el 2010, me pidieron mi decisión. No me podía quedar en Honduras, había sido formada para ir fuera de mis fronteras y así después de cinco días de silencio, envié mi carta al Consejo Central donde fui aceptada para ir a trabajar a Brasil, específicamente en Amazonas en la región norte.

Lo primero que pensé fue “no sé nadar”, no me preocupada al parecer saber portugués jajaja!

Actualmente tengo cinco años de estar misión, con este pueblo maravilloso,  loco, divertido y acogedor. Vivo una vida cultural diversa, que me desafía cada día, porque nunca sé lo que me pueda esperar. Reconozco que he vivido un tiempo fuerte de esperanza, de alegrías y tristezas, junto a los PME en Brasil y con los laicos y laicas como yo. Vivo un sentimiento de servir, pues  se entrelazan varios sentimientos, por un lado me ubico como una persona temporal de servicio y por otro lado los vínculos de amistad que cultivo con las personas de esta región. Este fue mi primer llamado, yo me he sentido contenta  de intentar cumplir aquella promesa que hice de anunciar la Buena nueva a todas personas, sobre todo a los más pobres. Y junto con ellos yo pobre para poder vivir coherentemente con ellos. He sentido que el proyecto de Dios y mi proyecto personal se han realizado en una etapa de servicio y donación al prójimo, pues desde mi bautismo siempre me vi comprometida en la Iglesia hasta el día de hoy.

Hoy vivo en aguas más profundas, ya no estoy en esa etapa donde ves el mar desde fuera, ahora ando en barco y estoy remando. Mi compromiso, aunque es temporal, se ha adherido a una Arquidiócesis Misionera, donde hay más de dos millones de habitantes, donde presto un servicio en el consejo misionero diocesano, específicamente acompañando a  los seminaristas en la pastoral misionera, coordino el servicio de animación vocacional en la Arquidiócesis, este es un trabajo intercongregacional, su dinámica enriquece nuestra formación y animación interna como Sociedad Misionera. También soy la fundadora y coordinadora de un pequeño proyecto social en la periferia de Manaus, trabajamos en el área de educación (informática – idiomas español e inglés  y bellas artes, como guitarra y artesanías) en comunión con varias ONG, coordino y animo nuestro grupo en la fe y esperanza de un buen servicio, colocar todo en común es aún mas difícil, pero es que, como equipo también decidimos volar juntos, nos hace más sensibles y vulnerables, pero sentimos que es lo único que nos puede llevar a una verdadera transformación humana de colocarnos a los pies del otro, de salir al encuentro de una nueva cultura que está en el rostro de mi hermano ……

Esto es el gusto de servir, con bondad y alegría en la misión.

Mi invitación hoy para los otros misioneros que  comienzan su camino es que aprendamos a hacer la maleta y también aprendamos a deshacerla. No nos quedemos cómodos, esperando a que todo llegue…. salgamos y demos el primer paso… rumbo al encuentro de la otra cultura!

Esther Chacón, hondureña, originaria de la Diócesis de San Pedro Sula, se encuentra misionando como laica asociada a la Sociedad de Misiones Extranjeras em la Arquidiocesis de Manaos, Brasil desde 2010.

4 Pensamientos

  1. Querida Esther,

    Discúlpame por haberte quitado el sueño con la respuesta de mi querida madre. Pero sí valía la pena, hoy lo veo! Muchas felicidades por el camino recorrido, y adelante en el que estás recorriendo! Mi oración te acompaña,

    El mismo Guido Charbonneau, misionero en tu patria

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  2. Querido Monseñor, Eres .y seras una de las personas muy significativas en mi camino misionero, gracias por tus buenos y tu oración, tambien rezo por ti y tu misión en mi tierra.

    Esther Chacón

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  3. Mi querida amiga, te conozco y se que cada palabra que escribiste en este articulo lo hiciste con todo tu corazón. Ese año 2010 te conocí en el mes de Marzo y tu fuego fue algo que de un inicio me motivo en esos mis primeros pasos con la sociedad. Tu y Padre Andrés confiaron en mi a pesar de que me conocían de poco tiempo y eso me impulsó a llegar a esta etapa que estoy viviendo ahora en Kenia. Un abrazo misionero
    Juan Ramón

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