Pedro, pescador de Galilea y piedra de la Iglesia, y Pablo, apóstol de gentiles, fueron pilares que sostuvieron a las comunidades cristianas en medio de las dificultades y persecuciones. “Aunque sufrieran a causa de la justicia, dichosos ustedes. No les tengan ningún miedo, ni se turben. Al contrario, den culto al Señor en sus corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que les pida razón de su esperanza” (1 Pe. 3, 14-15)
Ellos mismos anunciaron el mensaje de Jesucristo con valentía y sufrieron persecuciones por el evangelio. Dieron testimonio de Jesús y se configuraron con él. “El mismo Pablo decía: ‘Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí’ (Gál 2, 20).
Ambos murieron en Roma, el primero fue crucificado y el segundo fue decapitado durante el gobierno del emperador Nerón en el año 68 d.C.
Las comunidades de hoy como las de ayer necesitan personas que sean piedras vivas y pilares que las sostengan en medio los problemas que vive el mundo de hoy. Necesitan también testigos coherentes y que hagan creíble el evangelio que anunciamos con la palabra.
¡Feliz día de Pedro y Pablo!
Equipo de Redacción Blog Smé Honduras