“Simón, ¿Ves esta mujer?
Entré en tu casa y no me diste agua para mis pies
En cambio, ella ha lavado mis pies con sus lágrimas
Y los ha secado con sus cabellos”.
¡Ay! ¿Qué podré ofrecerte si todo lo perdí?
Estas mis manos cansadas de ofenderte
Mis ojos vanos yo te ofrezco,
Amado mío, y mis labios profanos
Y algo de paz que a tu paz yo pueda dar.
Bañen tus pies mis ojos
Límpienlos mis cabellos
Y de tormento mi boca
Les dé besos sin cuento
Yo que sudé en tu ofensa
Hoy vivo para ti
Y de mis males proceda mi defensa
Mis ojos y toda yo a ti me ofrezco,
Amor mío, y mis labios profanos
Algo de luz que a tu luz yo pueda dar.
Bañen tus pies mis ojos
Límpienlos mis cabellos
Y de tormento mi boca
Les dé besos sin cuento.
“Y no me pusiste aceite en la cabeza, Simón
Pero ella ha derramado perfume sobre mis pies…
Y no me besaste al entrar a tu casa
Pero Magdalena, desde que me vio
Me ha colmado con sus besos
Magdalena,…. Magdalena, ve en paz…
Tranquila que nadie te juzga,
Ni yo te juzgo, te amo….”
“Lo sé…. Y yo te amo.
Fray Luis de León
Hoy celebramos a María Magdalena,
Primer Testigo de la resurrección,
Fue enviada a anunciar la Buena Noticia a los apóstoles