Hoy 14 de Agosto quisiéramos recordar a un hombre bueno, compartiéndoles que en esta misma fecha pero en el año 1941, Moría Maximiliano Kolbe, sacerdote franciscano polaco, conocido por dar la vida por otro compañero en un campo de concentración nazi, sin embargo su historia de amor y entrega a Dios y su devoción a la Virgen Inmaculada no se limita ese grandioso hecho, él también fue misionero en su propia Polonia y en Japón donde fundó un monasterio en los alrededores de Nagasaki, y donde Kolbe tenía una de sus imprentas.
Cuatro años mas tarde de su pascua, fue lanzada la bomba atómica sobre Nagasaki (09/08/1945) todos los trabajadores fallecieron, sin embargo el monasterio milagrosamente sobrevivió a ese brutal ataque.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis invadieron Polonia y bombardearon la Ciudad de la Inmaculada, ciudad fundada por Kolbe, llevándose prisionero al padre Maximiliano y a todos sus colaboradores. Él había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista El Caballero de la Inmaculada. Todo se lo destruyó la guerra. Fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz , donde se le adjudicó el número 16.670.
A fines de julio de 1941 frente a la fuga de un prisionero del campo de concentración. Se cuenta que por la noche el coronel Karl Fritzsch volvió a pasar lista y anunció que diez de ellos serian asesinados. A la mañana siguiente, Franciszek Gajowniczek fue uno de los diez elegidos por el coronel Fritzsch para ser ejecutados en represalia por el escapado. Cuando Franciszek salió de su fila, después de haber sido señalado por el coronel, musitó estas palabras: «Pobre esposa mía; pobres hijos míos» Maximiliano Kolbe, afectado por una tuberculosis desde bastante antes, estaba cerca y lo oyó. Enseguida, dio un paso adelante y le dijo al coronel: «Soy un sacerdote católico polaco, estoy ya viejo. Querría ocupar el puesto de ese hombre que tiene esposa e hijos». El oficial nazi, aunque irritado, finalmente aceptó su ofrecimiento y Maximiliano Kolbe, que tenía entonces 47 años, fue puesto, junto con otros nueve prisioneros, en ayuno obligado para que muriera. Los diez condenados fueron recluidos en una celda subterránea el 31 de julio de 1941. Pero , tras padecer tres semanas inanición, aún sobrevivía junto a otros tres condenados y los oficiales a cargo del campo querían dar otro destino a la celda, Kolbe y sus tres compañeros de celda fueron asesinados administrándoles una inyección letal. Los cuerpos fueron incinerados en el crematorio del campo.
Incluso en prisión y también en la celda de hambre, celebró, mientras pudo, todos los días la Santa Misa, distribuyendo la Comunión a otros prisioneros: el pan dado a los prisioneros era ácimo (sin levadura), utilizado muchas veces para la Eucaristía ; guardianes que simpatizaban con él le hacían llegar el vino.
El papa Pablo VI lo declaró beato en 1971; a la fiesta asistió Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años antes. El 10 de octubre de 1982 Maximiliano Kolbe fue canonizado.
Algunos días después de recordar la bomba atómica sobre Nagasaki y toda la muerte sembrada, hoy celebramos la vida de Maximiliano. Alguien escribió…En Agosto de cada año, se nos da una semana para reflexionar sobre lo mejor y lo peor que los seres humanos son capaces de hacer.
Equipo de Redacción Blog Smé Honduras