A lo largo de la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor. En la actualidad la globalización, junto con los avances en las comunicaciones y el transporte, han incrementado en gran medida el número de personas que tienen el deseo y la capacidad de mudarse a otros lugares.
Esta nueva era ha creado retos y oportunidades para sociedades en todo el mundo. También ha servido para subrayar el vínculo que hay entre migración y desarrollo, así como las oportunidades que ofrece para el co-desarrollo, es decir, para la mejora concertada de las condiciones económicas y sociales tanto en el lugar de origen como de destino.
La migración atrae en la actualidad cada vez más atención. Mezclados con factores de incertidumbre, urgencia y complejidad, los retos y dificultades de la migración requieren una cooperación fortalecida y una acción colectiva. (Mensaje ONU por el Día Internacional de las Personas Migrantes)
Nuestra colaboración y compromiso como misioneros y misioneras junto a las personas migrantes debe ser parte la construcción del Reino a la que nos llama el Señor. Caminamos mas allá de nuestras fronteras junto a muchas personas, sin olvidar que Jesús también fue migrante.