“Necesitamos cambio”
Hoy como ayer, seguimos cayendo en la tentación simplista de dividir a las personas en buenos y malos situándonos nosotros, obviamente, en el grupo de los buenos.
El evangelio de hoy nos ayuda a desmontar el argumento simple de los dos bandos y, a estar alerta, ante la tentación de mirar en menos a los demás. Las personas con las que habla Jesús en el evangelio de hoy pensaban que «los que habían sufrido la muerte, sea por la orden de Pilato o por el derrumbamiento accidental de la torre de Siloé, se la merecían por no haber sido buenas personas” como ellas.
Jesús desmonta esa argumentación. Nadie puede ceder a la tentación de creerse ya convertidos, de creer que los malos son los otros. Todos necesitan realizar un cambio en su manera proceder, de lo contrario pueden correr a la ruina y a la autodestrucción.
Es probable que el peor enemigo de nuestro camino cuaresmal sea la soberbia de creer que nosotros no necesitamos ajustarnos y adecuarnos al Reino. Al mirarnos al espejo de Jesús, vemos que tenemos muchos aspectos a mejorar. A la higuera sin frutos se le dio una nueva oportunidad. Aprovechemos ahora la que nos es regalada.