“Yo soy la voz que grita en el desierto” Juan 1, 23
Los profetas y los testigos de la verdad y de la luz son voces que gritan en los desiertos y llaman a enderezar el camino.
En este tiempo de crisis, necesitamos también de profetas que griten en los desiertos áridos de la indiferencia, de la insensibilidad, de la dureza de corazón sembrados de piedras que violentan los pies desnudos de los que luchan contra toda tiranía y caminan hacia la libertad.
¡ENDERECEN EL CAMINO DEL SEÑOR!