Mateo 25, 31-46
Por mi lo hicieron…
¿Cuándo te vemos caminando hambriento sin rumbo fijo por las calles de nuestras barriadas hambriento y sediento? No te vemos por los afanes de nuestra cotidianidad. Estas todos los días enfermo, sin techo, oprimido y encarcelado, nuestros ojos no te ven. ¿Por qué dices que te vemos y te socorremos? ¿Cuándo Señor? Cuando te extendemos las manos, a cada instante que compartimos nuestro pan de cada día, en el momento de abrigarte, para cubrir la desnudez del pueblo protegiéndole del frio y la intemperie a los sin techos e inmigrantes. Dices que si lo hacemos por los más débiles, por los pobres, los más pequeños, por ti mismo lo hacemos. Entre los más pobres, ahí quieres que te veamos, que te sintamos tal como eres, con tu hambre, tu dolor y soledad, que estás ahí, en la noche fría, sin cobijo, en la soledad del que sufre, en la esperanza de quien espera de un nuevo amanecer de justicia y paz. Lo que hacemos o no por ellos y ellas, lo hicimos o no por ti. Nos llamas benditos, bienaventurados de tu padre. ¡Gocemos del Reino del Señor!
Obed Juan Vizcaíno Nájera, Venezuela