Mateo 5, 20-26
Yo les aseguro que, si ustedes no son más obedientes que los fariseos y los maestros de la Ley, nunca entrarán en el reino de Dios. Mt 5.20
El filtro para entrar a tu reino
nos hace palidecer, Señor.
No sabemos vivir en libertad
y respetar la vida libre de los demás.
Somos asesinos en potencia
—pecadores y justos, al mismo tiempo—
y el enojo, las pasiones, nos dominan.
Maldecir es nuestro sino,
a veces sin remedio
y la vida se nos va de las manos.
Estar ante tu altar
con las manos y la mente limpios
es el mayor desafío de la fe en tu nombre.
Reconciliarnos, ¡bah!,
es una tarea siempre pendiente
que posponemos y posponemos…
Es preferible
pagar las deudas de honor
que las deudas del amor:
en tus brazos nos espera, siempre,
el perdón absoluto.
Leopoldo Cervantes-Ortiz, México