Poema
Marcos 9, 2-10
Señor, te transformaste frente a nuestros ojos, vimos tu gloria y nos asustó.
Quizás no estábamos preparados, pero es bueno que estemos aquí, que seamos tus testigos, tus discípulos.
Un resplandor divino sobre ti, ni el lavador más experto puede lograr una blancura o un brillo así.
Tenías el poder y la presencia de Moisés y Elías, la ley y los profetas, Vida Abundante.
Moría el antiguo pacto, nacía la nueva alianza en ti, confirmada con tu sangre, una gran esperanza.
La clara voz de Dios se deja escuchar con fuerza, nos invita a oírte y a obedecerte.
Ya Elías vino, anunciando con fuerza al Salvador prometido, al Mesías, a ti. A Elías y otros profetas, les persiguieron y mataron, no les recibieron, hicieron con ellos lo que quisieron, no les oyeron.
Nada iba a detener tu Misión, Tu eres Dios y tienes su misma gloria. Haremos morada para ti en nuestros corazones.
Obed Juan Vizcaíno Nájera, Venezuela