Lucas 18,9-14
A unos que se la daban de orgullosos y pedantes,
Jesús les cantó al instante:
“Dos hombres muy diferentes oraban en aquel templo;
uno rezaba contento pues era hombre influyente.
El otro era el que cobraba los impuestos a la gente.”
“El religioso, de pie,
levantando bien las manos agradeció al Soberano
no ser como los ateos ni como los extranjeros,
mujer, negro ni pagano,”
“Gracias, Dios, que no soy gay,
soy un hombre religioso,doy el diezmo riguroso,
no soy un negro que apesto.
Gracias que no soy como este que roba con los impuestos.”
“Pero el pobre cobrador,
sin levantar ni la vista,
nunca le hizo una lista
de virtud al creador;
solo se golpeaba el pecho suplicando su perdón.”
“De seguro que los dos encontraron lo buscado,
se fue aquel perdonado
pues vino a pedir perdón.
El religioso en cambio
sólo llevó religión.”
Así le dijo Jesús a su audiencia asombrada:
“No se venga a hacer el grande que al que se agranda, lo achican.”
“Pero el que ante Dios y el pueblo se arrima con humildad,
mostrando su humanidad,
sin hacerse el bueno,
recibirá del Eterno amor, perdón y amistad.”
(Fragmento de Claudio Cruces, Argentina)