Juan 5:17-30
El Padre/Madre nunca deja de trabajar.
Sostener al mundo en vilo, a todas horas,
es el trabajo más excelso.
El representante humano de Dios
trabajó a imagen y semejanza suya:
para mantener la vida digna de ese nombre,
por encima de cualquier sombra de muerte.
En igualdad de condiciones con el Creador,
paladeó cómo transcurría la existencia aquí abajo,
en las mazmorras del tiempo detenido.
Arriesgó su vida por ello.
Pesó la ley y ésta se vino en su contra.
Contrastó la libertad y la obediencia,
la vida plena y la enajenación,
la soledad y la comunión.
Seguir esos pasos por el mundo
es prueba de fe y acción,
con la mirada puesta en los frutos del Reino.
Vivir en esa ruta
es salir de la muerte segura
para alcanzar la eternidad cotidiana.
Leopoldo Cervantes-Ortiz, México