¡Hola!, me llamo Danye y soy una joven costarricense. Nací en La Zona de los Santos, en el cantón de Tarrazú. La zona de los Santos comprende un extenso territorio que se ubica en la Región Central de Costa Rica. Es un ambiente rural con gente buena, montañas verdes y clima frío. Somos agricultores reconocidos por la excelencia del café que producimos siendo nuestro principal eje económico y fuente de empleo. Toda la familia se involucra en el trabajo del cultivo.
De diciembre a febrero es el auge de la cosecha y Tarrazú se llena de dinamismo. Durante esos meses puedes ver camiones descargando café en plantas procesadoras que trabajan 24 horas continuas, además llegan de todas partes grandes grupos de cortadores, en su mayoría, de Nicaragua y Panamá. Es la fiebre del café.
El mayor problema es que su precio varía constantemente, puede encontrarse en momentos bien posicionado y en otros no, afectando el ingreso familiar, así mismo al dar tanto enfoque al café se limitan otros campos laborales, lo cuál se convierte en un desafío para los jóvenes que tienen aspiraciones diferentes.
En gran parte, los jóvenes son dependientes de los padres y deben realizar el mismo trabajo de generación en generación. El patriarcado es fuerte y la tradición prevalece.
Actualmente en nuestra región existen diversos programas de enseñanza superior o técnica en los que podemos inscribirnos, sin embargo los espacios de trabajo local no reciben a la cantidad de la población que se prepara. Asimismo otras fuentes de empleo en el sector de servicios y turismo, tienen poco impulso e inversión porque lo más importante es conservar el prestigio cafetalero.
Los jóvenes, en su mayoría, aspiramos ingresar en una universidad pública, conseguir un empleo estable y bien remunerado, o pagar una universidad privada para graduarse rápido. Para conseguir estas metas muchos migran hacia la GAM (Gran Área Metropolitana), en donde las oportunidades de estudiar y trabajar tienen un horizonte más amplio. Sin embargo la movilización implica un costo económico muy elevado.
Pese a esta realidad limitante, la lucha, esfuerzo y dedicación de muchas familias santeñas han permitido mediante el trabajo cafetalero llevar adelante a sus hijos, consecuentemente muchos jóvenes que han migrado para prepararse han logrado posicionarse en el mercado laboral, pero la demanda sigue siendo reducida en comparación a la cantidad de jóvenes que esperan alcanzar sus aspiraciones en este bello lugar.