Una experiencia para profundizar en la espiritualidad Mariana
Escrito por Álvaro Rodríguez Rojas
Periodista católico, Costa Rica
En Costa Rica como en muchos países de raíces católicas y marianas, existe una inmensa devoción por la Virgen María, es por eso que cada 2 de agosto o en fechas cercanas, casi la mitad del país viaja en peregrinación hasta la provincia de Cartago, lugar donde está ubicado el santuario dedicado a la Virgen de los Ángeles.
Caminos de fe
Esta tradición que convoca y reúne a la Iglesia para manifestar su Fe, misma que data de muchos años atrás cuando en 1635 la joven Juana Pereira fue partícipe del hallazgo de la piedra con la figura de la Virgen María, es reconocida no solo en Costa Rica, sino también fuera de las fronteras de la nación centroamericana.
Desde entonces empezaron las peregrinaciones de grupos de fieles católicos de diferentes partes del país. Muchos por agradecer una promesa o bien pedir la santa intercesión de la Virgen, entre sudores, lágrimas y alegrías, caminando varios días hasta divisar en tierras brumosas, el santuario que custodia y honra la imagen de la “Negrita” como cariñosamente la llaman los costarricenses por su color.

Son interminables las historias de Fe y favores concedidos por la maternal figura de la “Negrita” de los Ángeles, tanto así que muchos creyentes incluso pertenecientes a otras confesiones religiosas veneran la imagen y peregrinan hacia su casa cada 2 de agosto. Muchos historiadores coinciden en que la primera gran Romería se realizó en 1897 y desde ese año se llevó acabo la peregrinación de manera ininterrumpida hasta el año 2009.
En aquel año se vivía la pandemia AH1N1 y la Ministra de Salud en ese momento María Luisa Ávila, decidió suspender este acto de Fe y piedad popular por los riesgos que implicaba, así se ponía un corte a 227 años de historia. Esta situación al no tener algo tan propio de la Fe y tradición del costarricense, hizo que los Obispos en aquel momento, optaran por sacar la imagen del Templo para que visitara a sus hijos e hijas en cada uno de los rincones del país.
Nuestra Madre nos acompaña en los momentos difíciles
En la actualidad enfrentamos la pandemia de la Covid-19 que ha sido todo un reto a nivel pastoral y espiritual, aún no sabemos cómo terminara este escenario, pero lo que sí sabemos es que esta vez al igual que aquellos días del 2009, la Fe y la devoción de los hijos por su madre será la misma. Esta vez no solo colocaremos a los pies de la Virgen las intenciones particulares, sino también una intención especial por un cese ante tanta muerte y tristeza que ha generado esta emergencia sanitaria aun en desarrollo, en todo el mundo.
La Romería virtual y los actos de piedad en casa, como el rezo del Santo Rosario en familia, serán parte de las herramientas que tendremos a nuestra disposición para participar en esta experiencia de Fe. Muchos costarricenses no podrán viajar a Cartago, pero lo que no podrá faltar será tener nuestro corazón con el corazón de la “Negrita”. Es necesario hacer hincapié que una madre no ignora los ruegos de los hijos cuando están sufriendo. Es así como en este momento se vuelve sumamente necesario pedir a la Virgen esa virtud de la paciencia, de la espera y de la aceptación del plan de Dios.
Me he tomado el atrevimiento de ofrecer algunos consejos para vivir nuestra piedad Mariana en estos tiempos donde es imposible las aglomeraciones, esto como parte de una medida preventiva para la no propagación del Coronavirus.
- Invite a su familia a rezar el Santo Rosario.
- Improvise un altar en casa con la imagen o un cuadro de la Virgen.
- Decórelo con amor y con Fe, y la sinceridad de procurar los mejores recursos (un hijo siempre quiere lo mejor para su madre)
- En el caso de tener los medios puede crear alguna sesión virtual en alguna plataforma para compartir la Novena de preparación a la gran Solemnidad.
- Y por último lo más importante disponga su corazón como a ejemplo de María que siempre mantuvo su Sí a Dios aunque las circunstancias no fueran las mejores.