Desde el 8 de diciembre de 2020 hasta el 8 de diciembre de 2021 (Solemnidad de la Inmaculada Concepción), el Papa Francisco declaró el año dedicado a san José. También en este año se conmemora el 150 aniversario de la proclamación del santo como Patrono de la Iglesia Universal. San José es también “el patrono de los trabajadores, de los padres y de la buena muerte”.[1] Con la Carta apostólica Patris Corde[2] (“Con corazón de padre”) el Papa nos anima a acrecentar nuestro amor por san José, a pedir su intercesión y a imitar sus virtudes.
Sabemos que el contexto actual de la pandemia ha trastocado nuestra existencia, derrumbando nuestras certezas y seguridades. Pero también, nos ha ayudado a darnos cuenta de la importancia de aquellas personas que desde el anonimato, la sencillez y el silencio de su trabajo “ejercen la paciencia e infunden esperanza cada día, sembrando la corresponsabilidad”[3]; de quienes han cuidado y protegido a otros, así como san José cuidó a María y a Jesús en medio de diversas dificultades, como nos lo narran los evangelios.
La Sagrada Escritura nos cuenta poco sobre el padre adoptivo de Jesús y de hecho, no encontramos registros sobre sus palabras, sino que solo de sus acciones; lo cual es suficiente para entender su papel imprescindible en la Historia de la Salvación. El Papa Francisco describe a san José como un padre amado, padre en la sombra, en la ternura, en la obediencia, en la acogida, trabajador, y un padre en la valentía creativa.

Las virtudes de este santo nos muestran su docilidad hacia la voluntad de Dios, sin huir a las dificultades: “José deja de lado sus razonamientos para dar paso a lo que acontece y, por más misterioso que le parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y se reconcilia con su propia historia”. (Patris Corde, 4). En una sociedad como la nuestra, marcada por las apariencias, la comodidad, la inmediatez y el descarte, el ejemplo de san José es revolucionario.
La dimensión personal de la fe cristiana exige la valentía de abrazar la propia cruz y de esforzarnos por alcanzar la santidad; la dimensión social de nuestra fe, nos impulsa a salir de nosotros mismos e ir hacia aquellos que son más vulnerables y que tienen un rostro concreto: los pobres, los migrantes, los enfermos…
Finalmente, el Papa Francisco nos recuerda que “Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad”. Recemos, pues para que san José interceda por nuestra conversión:
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
[1] ACI Prensa. (2020, 12 de diciembre). Año de San José: Conoce estos datos sobre el nuevo año convocado por el Papa Francisco. ACI Prensa. https://www.aciprensa.com/noticias/ano-de-san-jose-conoce-estos-datos-sobre-el-nuevo-ano-convocado-por-el-papa-francisco-43363
[2] Francisco. (2020, 8 de diciembre). Carta apostólica Patris Corde. La Santa Sede. http://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco-lettera-ap_20201208_patris-corde.html
[3] Vatican News. (2020, 8 de diciembre). El Papa Francisco convoca a un «Año de San José». VATICAN NEWS. https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-12/papa-francisco-carta-patris-corde-san-jose.html