Escrito por Andrés Dionne p.m.é, Honduras
Te voy a comer, tan fuerte es mi deseo y mi sed de Ti.
Yo sé muy bien que también me deseas
y que a gritos me dices que por mí te mueres
Por lo pronto nomas te diré
Que te quiero comer
(CF. Poema de amor de Helen Ochoa)
¿Quién no ha escuchado nunca a su mamá expresar tanto amor y
cariño por su hijito o su hijita diciendo. “Qué hermoso está mi
chiquita(o). ¡Me la(lo) voy a comer…!”
Este desbordamiento de amor, me hacer recordar las palabras de Jesús que son también invitaciones para los suyos. “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna”… “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y Yo en él”. Juan 6, 54-55
Lo que nos alimenta es la Carne y la Sangre de Jesús, su humanidad …Sí, Él nos invita a “Comer” su humanidad, a pasar por su encarnación para tocar y llegar a su corazón. Si al hecho de comer, se une a un profundo deseo y sed de configurarnos con Él, entonces el gesto se transforma en un desbordamiento espontáneo de afecto y de cariño.
Expresar nuestro amor comiendo su carne y bebiendo su sangre debería brotar de un corazón enamorado de la humanidad entregada de Jesús que, sabemos muy bien, nos amó primero hasta dar su vida por nosotros.
“Dios, tú mi Dios, yo te busco
Mi ser tiene sed de Ti,
por ti languidece mi cuerpo.
Como tierra reseca, sin agua”
Salmo 62, 1
“Yo sé muy bien que también me deseas
y que a gritos me dices que por mí te mueres”
Helen Ochoa
¡Feliz día del “Corpus Cristi”!
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